A B C DARIO PERSONALIZADO

Hacemos "nuestras" las letras

Las letras son una convención social de nuestra cultura humana. Tienen unas formas y significados elaborados a través del uso y del tiempo. 

¿Cómo las incorpora la infancia?

En esta propuesta hemos avanzado en darle una significación personalizada en el grupo de la clase, haciendo que cada una de ellas conecte con una referencia clara y consensuada entre todos.

¿Por qué?

En estas edades ya conocen que las letras son elementos que sirven para representar a las palabras y  nombrar a las cosas. Reconocen y escriben las letras de su nombre para trasladar su presencia en un sitio o plasmar la posesión de un objeto o espacio. Poco a poco, van sintiendo la necesidad de comunicar por escrito diversas cosas: mensajes a los demás, comentarios a sus dibujos, título a sus creaciones, etc. A la vez, cada vez se interesan más por la multitud de carteles, cuentos, rótulos, mensajes escritos acompañando a imágenes, etc. El avance será continuo, y a veces, nos sorprenderán con grandes saltos.

El paso que hemos dado en esta ocasión es presentar todas las letras, que ya algunos de los miembros del grupo ya conocen como el abecedario. 

Pero para hacerlas NUESTRAS LETRAS, las de la campana, tenían que tener una relación emotiva y significativa con ellas. Encontrar ese vínculo a cada una de las letras ha sido nuestra faena en estos últimos días. 

   

¡La V de Victor el hermano de Alfredo!

Hacer este recorrido conjunto, esperar a que salgan las propuestas de cada uno, las que tienen sentido para ellos, permite llenar de carga vital a cada signo. Las referencias son cercanas, llenas de lazos afectivos, principalmente ellos mismos -la A de Ángela, o la M de cinco que empiezan por ella-, pero luego han salido algunas muy jugosas en relación con el nombre de un hermano, abuela o mamá, personas cercanas que a los demás les parece muy bien.

Otras letras las asociaron a objetos de la clase o imágenes que buscábamos por internet en la pizarra digital -que risa con la F de feo,  y después imprimíamos en el despacho. 

Para confeccionarlas, recopilamos muchas cosas pequeñas que puedan hacer una grande, siguiendo la técnica de collage que ya habíamos utilizado en otras ocasiones.

Ahora tenemos ya nuestro código de letras que nos servirá de referencia cuando quieran escribir, apoyándose y "enseñándose" unos a otros, como los buenos maestros y maestras que son.

Una mamá nos dice Yogur. 

¡Vamos a la cocina a buscar uno!

La abuela KiKa

 Después hemos podido jugar de distintos modos con nuestras letras:

Recorriendo el trazo sobre los diversos objetos de que estaba hecha cada letra.

 Escribiendo sobre la espalda una de las letras que tenía que averiguar su pareja.

Pintando en el aire el trazo invisible que el resto de los compañeros intentaban adivinar.

Sensaciones, experiencias, juego, aprendizaje... el niño vive todo conjuntamente y se pretende que sea de un modo agradable y gozoso.