Manos y cerebro, ida y vuelta en el camino del aprendizaje
Seguimos avanzando en su acercamiento a uno de los más potentes elementos que definen a la humanidad: la capacidad de leer y escribir a través de signos arbitrarios que hemos construido para fortalecer la comunicación.
La mayoría de los niños y niñas campaneros controlan ya los distintos grafísmos del abecedario, sobre todo en mayúsculas. Son capaces de escribir pequeños textos dándoles las referencias de las letras que lo componen. Ahora, cada uno a su nivel, empiezan a relacionar los sonidos de las sílabas con las letras que los representan.
Una de las herramientas que venimos usando para facilitar este tránsito es "La máquina de leer". Comentemos su historia.
En la clase cotidianamente usamos distintas situaciones y materiales para motivarlos en el uso de la lecto-escritura. En este mismo blog han aparecido algunos recursos de animación y comprensión de la lectura, de personalización del abecedario, etc.
Tenemos cotidianamente la realización de la comanda, poner el nombre del día, usar los nombres de sus compañeros, los mensajes secretos, los títulos a sus diversos trabajos, las cartas a la casa o la escuela, las anotaciones en los proyectos y actividades, etc. En todas ellas, se ha ido dando una inmersión "natural" en el mundo de las letras, además de ir dando salida a su motivación por dejar constancia escrita de lo que quieren expresar.
Han ido percibiendo sus avances y dificultades, a la vez que se iban transmitiendo y ayudando unos a otros en la resolución de sus retos. Algunos -los más mayorcillos generalmente- ya han empezado a aplicar sus razonamientos y asociaciones lógicas en la combinación de los signos y avanzan rápidamente.
Para facilitar la ayuda mutua a través de la acción, manipulando y mostrando a los demás los descubrimientos conseguidos, se introdujo este material que lo denominamos "La máquina de leer".
Construimos una grande comunitaria sobre un tablero, donde se pueden hacer combinaciones con las consonantes más fáciles y comunes más las vocales.
Durante un tiempo hemos realizado distintos juegos con ella, de descubrimientos, adivinanzas, combinaciones con escrituras y dibujos en la pizarra digital, en sus cuadernos, con letras en sus cuerpos, etc.
Cuando ya tenían suficiente dominio y motivación pasamos a construir una individual.
Poder desplazar con sus manos las tiras y asociar las distintas combinaciones que iban montando con los sonidos que representaban, ha permitido que cada uno fuera complicándose a partir de lo que ya controlaban. Pasar del MAMA y PAPA que ya dominan casi todos de la realización de las cartas a casa a MAPA es todo un salto.
Cada pequeño grupo fue preparando su material, y después iban anotando en sus máquinas las palabras que eran capaces de ir montando.
Unos a otros se pasaban lo que iban descubriendo, y utilizando diversas herramientas de escritura sus lista aumentaban.
Se intenta seguir con la lógica necesaria en la adquisición de aprendizajes en estas edades, que tienen que estar ligados a la acción, la motivación, la posibilidad de jugar, cambiar, probar y volver a probar. De este proceso, de la unión de la mano con el cerebro, vendrá la reflexión, la deducción, el aprendizaje y en definitiva, el conocimiento.
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